miércoles, 12 de enero de 2011

Sobre el azul

Supongo que no soy el único que lo hace, pero suelo adjudicarle colores a mis recuerdos. Creo que es algo equiparable a lo que hace la gente que pone esas etiquetas de colores en los cuadernos universitarios para encontrar rápidamente la materia que necesita.

Azul, pero ese que se ve en películas de ciencia ficción de los 50´s (que siempre iba acompañado por un verde), es esta noche.

La noche tiene el placer que otorga el terminar de escribir algo que gusta. Pero por otro lado, como si fuera poseído por el protagonista de esa historia temí que fueran las últimas horas de mi vida (o capaz él fue producto del miedo que tenía).


Una sonrisa.

Un beso.

Una caricia.

Se apagan las luces.

-Perdón, pero no puedo dormir.


Si funcionó hace 2 días, puede volver a funcionar ahora.


Un tilo.

Una caricia.

Un beso.

Se apagan las luces.

-¿Y si pasa y se acaba todo?


Un disco comienza a sonar.

-¿Lo escuchaste este?

-No

-Escuchalo y dormí, te va a gustar.


Lo escucho, me encanta, pero los ojos no se quieren cerrar, ellos son los que mandan y dicen que tengo que fijar mi mirada


y yo no puedo ni mirar el cielo sin nombrarte

Gracias Drexler.

¿Serán las últimas horas de este mundo? Yo elegí como pasarlas.


esta canción quiere estar donde estés tu

Pero por los movimientos que hacen tus ojos resguardados por párpados se nota que estás lejos, perdida en algún sueño del que nunca te voy a preguntar. Quiero estar ahí, pero a su vez necesito seguir acá, registrándolo todo como si estuviera guardando la imagen para algo.


ven, cura esta pena, quítame estas ganas de ti

Esa canción me suena, la escuché mucho antes, se que está en algún lugar de mi casa, en algún cd grabado cuyo valor no se halla en los 80 centavos que debe haber costado.

Sí, sí, me acuerdo…

…ese cd…

…la guitarra tiene un efecto tipo…

…la batería suena muy…

…la caja roja una vez apareció abierta y dije…

…tenés que volver a ver el programa de Encuentro si necesitás…


Despierto, la ventana hace entrar una luz azul pero no es de día; falta mucha noche aún. ¿Y la gran explosión?

¿Y la gente volando a velocidades inimaginables hacía su muerte segura?

Ya nada de eso importa.

Estoy vivo; estoy acá mirando a quien quiero mirar. Y se que a pesar de todo no me arrepiento de mi insomnio, ni de mi cabeza estúpida que disfruta divagar y llevarme hasta la orilla de la cordura.

La noche es azul, no te olvides Maxi, capaz algún día escribas algo sobre esto.

viernes, 7 de enero de 2011

El grito

Quebrando una a una mis cuerdas vocales voy a liberar un GRITO. GRITO que en sus primeros metros de recorrido hará polvo una de las paredes de mi habitación para abrirse camino.

Que estrellará taxis y colectivos, regalándole al pavimento una cálida lluvia de cristales y etiquetas de radios de Palermo.

En un radio de 3 km dejará a las casas sin numeración, soltando (en caso de requerirlo) uno a uno los tornillos de los carteles que las aferran.

En mi barrio no faltará el que tema que se adelantó el 2012 y movilice las velas de un santo a otro.

En los cines pequeños, espectadores ofendidos reclamarán que se les devuelva el valor de las entradas; y en los otros, se seguirá pensando que la bebida no está suficientemente azucarada.

Claramente va a cortar el tránsito de la General Paz y supongo que los medios se pelearán por buscar un culpable político demonizando a quien vislumbren como un oportuno enemigo.

Pero el GRITO va a seguir su viaje a gran velocidad. Luego de hacer que algunos árboles sufran un simulacro de otoño, va a dividir, de un modo casi bíblico, las aguas de un charco y una fila de hormigas cruzará.


Si bien podría pasar toda la vida pensando cada una de las consecuencias, prefiero quedarme tranquilo de saber que quebrando una a una mis cuerdas vocales voy a liberar un GRITO. GRITO que cuando llegue a tus oídos no será más que un dulce suspiro.