martes, 22 de noviembre de 2011
A.M.
domingo, 13 de noviembre de 2011
Can you see the real me?
Algunas veces, ciertos actos que repetimos a lo largo de un pequeño período de tiempo, construyen diferentes versiones de nosotros.
Versiones que se apoderan de nuestras vidas.
Que van a trabajar por nosotros.
Que rinden exámenes y hasta se toman el atrevimiento de salir con aquella chica que creíamos que sólo existía en sueños.
Muchas veces no nos damos cuenta de esta situación y seguimos nuestras vidas tranquilos. Hacemos lo mismo de siempre, frecuentamos los mismos lugares, hablamos con la misma gente. En fin, vivimos sin darnos cuenta que ese otro anda dando vueltas. Recorre nuestra ciudad vendiendo imágenes de quienes seguramente alguna vez fuimos (porque sería hipócrita negarlo), pero que hace tiempo que no somos.
Por si le interesa a alguien, ese es uno de mis mayores miedos: temo que no puedan ver al verdadero yo, aquel que siempre quiere tomar el camino de las espinas porque encuentra el placer en ver brotar esas gotas de sangre que le marcan que aun está vivo y que por ello está en perpetuo cambio.
Que aun puede seguir buscándose y encontrándose una y otra vez.
Y sufriendo, porque siempre se sufre, porque sino esa mueca que las convenciones llaman “sonrisa” no tendría el más mínimo valor cada vez que se hace presente.
martes, 7 de junio de 2011
El instante
Hubo un instante que jugó a ser muchos instantes distintos, distantes. Un instante multicolor que se erigió por sobre una hegemonía de grises.
Hoy es una mañana más, muy tranquila para mi gusto. En otros tiempos (en otra versión de mi) sería agitada, hasta dolería. Pienso que uno siempre intenta ver que su historia no es más que una repetición constante, que como las cosas se dieron de tal o cual modo todo va a volver a 0 (o -250 en mi caso). En el medio viví muchas cosas como para creer que realmente se puede volver a ese estado en el que el mundo y yo parecíamos incompatibles.
Corrección: en el medio pasaron las mejores cosas.
Todo a la distancia se ve más corto de lo que es y a su vez es eterno mientras sucede. La distancia histórica que alguna vez me hizo creer que los tiempos en que parecía que vivía por inercia estaban volviendo, ahora me juega en contra a la hora de analizar aquel instante del que hablé en un principio.
Pero…
¿Para qué tanto análisis?
“life is what happens to you while you're busy making other plans”
Lo que sucede, sucede de un modo único e irrepetible y, como si todo conspirara a favor, hasta lo imperfecto le da un brillo especial. Eso es lo que importa en esta historia.
La mañana se hizo tarde, cenizas de algún volcán ofician de nubes y el texto encontró el final que antes parecía imposible de hallar.
Con tu cara toda azul
jueves, 26 de mayo de 2011
La continuidad de errores

lunes, 7 de marzo de 2011
Ayer nomás
viernes, 4 de marzo de 2011
Las manos
Me temblaban las manos.
Había una sensación que se apoderaba de mi cuerpo. Un súbito miedo partió de alguna neurona inquieta y tomó forma de idea. Esta fue susurrada lentamente por mi voz interior, a conciencia de las consecuencias que traería. El corazón comenzó a latir más rápido y más fuerte, a tal que punto que puedo asegurar que dolía. El aire que tomaba no parecía contener la cantidad de oxígeno que mi cuerpo exigía. Una batalla de preguntas y respuestas instaló un gobierno de facto sobre mis pensamientos.
Yo, sólo le entregué un billete a una cajera mientras ella miraba con atención aquel único síntoma visible. Claro, me temblaban las manos, pero por dentro me estaba muriendo.
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Nota: En el fondo todo tiene que ver con todo y este texto se lleva muy bien con un corto que voy a filmar dentro de un mes. Se llama "El último cigarrillo" y próximamente publicaré algunas cosas sobre el mismo.
lunes, 14 de febrero de 2011
miércoles, 12 de enero de 2011
Sobre el azul
Supongo que no soy el único que lo hace, pero suelo adjudicarle colores a mis recuerdos. Creo que es algo equiparable a lo que hace la gente que pone esas etiquetas de colores en los cuadernos universitarios para encontrar rápidamente la materia que necesita.
Azul, pero ese que se ve en películas de ciencia ficción de los 50´s (que siempre iba acompañado por un verde), es esta noche.
La noche tiene el placer que otorga el terminar de escribir algo que gusta. Pero por otro lado, como si fuera poseído por el protagonista de esa historia temí que fueran las últimas horas de mi vida (o capaz él fue producto del miedo que tenía).
Una sonrisa.
Un beso.
Una caricia.
Se apagan las luces.
-Perdón, pero no puedo dormir.
Si funcionó hace 2 días, puede volver a funcionar ahora.
Un tilo.
Una caricia.
Un beso.
Se apagan las luces.
-¿Y si pasa y se acaba todo?
Un disco comienza a sonar.
-¿Lo escuchaste este?
-No
-Escuchalo y dormí, te va a gustar.
Lo escucho, me encanta, pero los ojos no se quieren cerrar, ellos son los que mandan y dicen que tengo que fijar mi mirada
y yo no puedo ni mirar el cielo sin nombrarte
Gracias Drexler.
¿Serán las últimas horas de este mundo? Yo elegí como pasarlas.
esta canción quiere estar donde estés tu
Pero por los movimientos que hacen tus ojos resguardados por párpados se nota que estás lejos, perdida en algún sueño del que nunca te voy a preguntar. Quiero estar ahí, pero a su vez necesito seguir acá, registrándolo todo como si estuviera guardando la imagen para algo.
ven, cura esta pena, quítame estas ganas de ti
Esa canción me suena, la escuché mucho antes, se que está en algún lugar de mi casa, en algún cd grabado cuyo valor no se halla en los 80 centavos que debe haber costado.
Sí, sí, me acuerdo…
…ese cd…
…la guitarra tiene un efecto tipo…
…la batería suena muy…
…la caja roja una vez apareció abierta y dije…
…tenés que volver a ver el programa de Encuentro si necesitás…
Despierto, la ventana hace entrar una luz azul pero no es de día; falta mucha noche aún. ¿Y la gran explosión?
¿Y la gente volando a velocidades inimaginables hacía su muerte segura?
Ya nada de eso importa.
Estoy vivo; estoy acá mirando a quien quiero mirar. Y se que a pesar de todo no me arrepiento de mi insomnio, ni de mi cabeza estúpida que disfruta divagar y llevarme hasta la orilla de la cordura.
La noche es azul, no te olvides Maxi, capaz algún día escribas algo sobre esto.
viernes, 7 de enero de 2011
El grito
Quebrando una a una mis cuerdas vocales voy a liberar un GRITO. GRITO que en sus primeros metros de recorrido hará polvo una de las paredes de mi habitación para abrirse camino.
Que estrellará taxis y colectivos, regalándole al pavimento una cálida lluvia de cristales y etiquetas de radios de Palermo.
En un radio de 3 km dejará a las casas sin numeración, soltando (en caso de requerirlo) uno a uno los tornillos de los carteles que las aferran.
En mi barrio no faltará el que tema que se adelantó el 2012 y movilice las velas de un santo a otro.
En los cines pequeños, espectadores ofendidos reclamarán que se les devuelva el valor de las entradas; y en los otros, se seguirá pensando que la bebida no está suficientemente azucarada.
Claramente va a cortar el tránsito de la General Paz y supongo que los medios se pelearán por buscar un culpable político demonizando a quien vislumbren como un oportuno enemigo.
Pero el GRITO va a seguir su viaje a gran velocidad. Luego de hacer que algunos árboles sufran un simulacro de otoño, va a dividir, de un modo casi bíblico, las aguas de un charco y una fila de hormigas cruzará.
Si bien podría pasar toda la vida pensando cada una de las consecuencias, prefiero quedarme tranquilo de saber que quebrando una a una mis cuerdas vocales voy a liberar un GRITO. GRITO que cuando llegue a tus oídos no será más que un dulce suspiro.